30.1.18

Paulo Henriques Britto: "Duas Bagatelas I"



                   Duas bagatelas I
              
                   O que conheço de mim
                   é quase só o que sei,
                   e o que sei é quase só
                   o que não quero saber.
                   Resta saber se isso tudo
                   é só o começo ou se é o fim
                   ou — o que é pior que tudo —
                   se é tudo.
  



BRITTO, Paulo Henriques. "Duas bagatelas I". In:_____. Mínima lírica. São Paulo: Companhia das Letras: São Paulo, 1989.

27.1.18

Frank O'Hara: "Why I am not a painter" / "Por que não sou pintor": trad. de Beatriz Bastos e Paulo Henriques Britto



Por que não sou pintor

Não sou pintor, e sim poeta.
Por quê? Acho que eu preferia
ser pintor, só que não sou. Bem,

por exemplo, o Mike Goldberg
está começando um quadro. Vou lá.
“Senta e bebe alguma coisa”, ele
diz. Bebo. Bebemos. Eu olho
pro quadro. “Você escreveu SARDINHAS.”
“Tinha que pôr alguma coisa ali.”
“Ah.” Os dias passam e eu
vou lá de novo. O quadro avança,
eu vou embora, e os dias vão
passando. Eu volto. O quadro está
pronto. “Cadê SARDINHAS?”
Só ficaram umas
letras. “Era demais”, diz Mike.

Mas e eu? Um dia eu penso numa
cor: laranja. Escrevo um verso sobre
laranja. E logo é uma página
inteira de palavras, não versos.
Depois outra página. Devia
haver muito mais, não laranja, mas
palavras, sobre o horror do laranja e
da vida. Os dias passam. Está até
em prosa, sou poeta mesmo. Meu poema
está pronto, e ainda nem falei em
laranja. Doze poemas, e o nome é
LARANJAS. E um dia numa galeria
vejo o quadro do Mike: SARDINHAS.




Why I am not a painter

I am not a painter, I am a poet.
Why? I think I would rather be
a painter, but I am not. Well,

for instance, Mike Goldberg
is starting a painting. I drop in.
“Sit down and have a drink” he
says. I drink; we drink. I look
up. “You have SARDINES in it.”
“Yes, it needed something there.”
“Oh.” I go and the days go by
and I drop in again. The painting
is going on, and I go, and the days
go by. I drop in. The painting is
finished. “Where’s SARDINES?”
All that’s left is just
letters, “It was too much," Mike says.

But me? One day I am thinking of
a color: orange. I write a line
about orange. Pretty soon it is a
whole page of words, not lines.
Then another page. There should be
so much more, not of orange, of
words, of how terrible orange is
and life. Days go by. It is even in
prose, I am a real poet. My poem
is finished and I haven’t mentioned
orange yet. It’s twelve poems, I call
it ORANGES. And one day in a gallery
I see Mike’s painting, called SARDINES.




O'HARA, Frank. "Why I am not a painter" / "Por que não sou pintor". In:_____. Meu coração está no bolso. Trad. de Beatriz Bastos e Paulo Henriques Britto. São Paulo: Luna Parque, 2017.


24.1.18

Heirich Heine: "Ich stand in dunkeln Träumen" / "Num sonho escuro, eu": trad. de André Vallias



Num sonho escuro, eu
Olhava o seu retrato,
Então o rosto amado –
E imóvel – se moveu.

Nos lábios vi pousar
O riso mais bonito,
E, como umedecido,
Reacender o olhar.

Das lágrimas também
Meu rosto está molhado –
Eu não aceito o fato
Que te perdi, meu bem!



Ich stand in dunkeln Träumen
Und starrte ihr Bildniß an,
Und das geliebte Antlitz
Heimlich zu leben begann.
 
Um ihre Lippen zog sich
Ein Lächeln wunderbar,
Und wie von Wehmuthsthränen
Erglänzte ihr Augenpaar.
 
Auch meine Thränen flossen
Mir von den Wangen herab –  
Und ach, ich kann es nicht glauben,
Daß ich dich verloren hab'!



HEINE, Heinrich. "Ich stand in dunkeln Träumen" / "Num sonho escuro, eu". In: VALLIAS, André (org. e trad.). Heine, heim? Poeta dos contrários. São Paulo: Perspectiva: Goethe Institut, 2011.

22.1.18

Antonio Carlos Secchin: "Na antessala"



Na antessala

Espalhei dezoito heterônimos
em ruas do Rio e Lisboa.
Todos eles, se reunidos,
não valem um só de Pessoa.

Trancafiei-me num mosteiro,
esperando de Deus um dom.
O que Ele me deu foi pastiche
da poesia de Drummond.

Ressoa na minha gaveta
um comício de versos reles.
Em coro parecem dizer:
Não somos Cecília Meireles.

O desavisado leitor
não espere muito de mim.
O máximo, que mal consigo,
é chegar a Antonio Secchin.



SECCHIN, Antonio Carlos. "Na antesala". In:_____. Desdizer e antes. Rio de Janeiro: Topbooks, 2017.                                                

19.1.18

Javier Corrales: "Un matrimonio perfecto: evangélicos y conservadores en América Latina"



Achei muito bom o seguinte artigo de Javier Corrales. Li-o pela primeira vez no New York Times, em inglês, mas hoje descobri na Internet uma versão dele em castelhano, que resolvi postar abaixo, pois creio que a maior parte dos leitores brasileiros conseguem ler artigos nessa língua, irmã da nossa.


Un matrimonio perfecto: evangélicos y conservadores en América Latina
Javier Corrales


AMHERST, Massachusetts — Las iglesias evangélicas protestantes, que por estos días se encuentran en casi cualquier vecindario en América Latina, están transformando la política como ninguna otra fuerza. Le están dando a las causas conservadoras —en especial a los partidos políticos— un nuevo impulso y nuevos votantes.

En América Latina, el cristianismo se asociaba con el catolicismo romano. La Iglesia católica tuvo prácticamente el monopolio de la religión hasta la década de los ochenta. Al catolicismo solo lo desafiaban el anticlericalismo y el ateísmo. Nunca había habido otra religión. Hasta ahora.

Hoy en día los evangélicos constituyen casi el 20 por ciento de la población en América Latina, mucho más que el tres por ciento de hace seis décadas. En algunos cuantos países centroamericanos, están cerca de ser la mayoría.

La ideología de los pastores evangélicos es variada, pero en términos de género y sexualidad por lo general sus valores son conservadores, patriarcales y homofóbicos. Esperan que las mujeres sean totalmente sumisas a sus esposos evangélicos. En todos los países de la región, sus posturas en contra de los derechos de las personas homosexuales han sido las más radicales.

El ascenso de los grupos evangélicos es políticamente inquietante porque están alimentando una nueva forma de populismo. A los partidos conservadores les están dando votantes que no pertenecen a la élite, lo cual es bueno para la democracia, pero estos electores suelen ser intransigentes en asuntos relacionados con la sexualidad, lo que genera polarización cultural. La inclusión intolerante, que constituye la fórmula populista clásica en América Latina, está siendo reinventada por los pastores protestantes.

Brasil es un buen ejemplo del aumento del poder evangélico en América Latina. La bancada evangélica, los noventa y tantos miembros evangélicos del congreso, han frustrado acciones legislativas a favor de la población LGBT, desempeñaron un papel importante en la destitución de la presidenta Dilma Rousseff y cerraron exposiciones en museos. Un alcalde evangélico fue electo en Río de Janeiro, una de las ciudades del mundo más abiertas con la comunidad homosexual. Sus éxitos han sido tan ambiciosos, que los obispos evangélicos de otros países dicen que quieren imitar el “modelo brasileño”.

Ese modelo se está esparciendo por la región. Con la ayuda de los católicos, los evangélicos también han organizado marchas en contra del movimiento LGBT en Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Perú y México. En Paraguay y Colombia pidieron que los ministerios de educación prohibieran los libros que abordan la sexualidad. En Colombia incluso se movilizaron para que se rechazara el acuerdo de paz con las Farc, el mayor grupo guerrillero en América Latina, con el argumento de que los acuerdos llevaban muy lejos los derechos feministas y de la comunidad LGBT.

¿Cómo es que los grupos evangélicos han adquirido tanto poder político? Después de todo, incluso en Brasil, las personas que se identifican como evangélicos siguen siendo una minoría y en la mayoría de los países el ateísmo va en aumento. La respuesta tiene que ver con sus nuevas tácticas políticas.

Ninguna de esas estrategias ha sido tan transformadora como la decisión de establecer alianzas con partidos políticos de derecha.

Históricamente, los partidos de derecha en América Latina tendían a gravitar hacia la Iglesia católica y a desdeñar el protestantismo, mientras que los evangélicos se mantenían al margen de la política. Ya no es así. Los partidos conservadores y los evangélicos están uniendo fuerzas.

Las elecciones presidenciales de Chile en 2017 ofrecen un ejemplo claro de esta unión entre los obispos evangélicos y los partidos. Dos candidatos de derecha, Sebastián Piñera y José Antonio Kast, buscaron ganarse el favor de los evangélicos. El ganador de las elecciones, Piñera, tenía cuatro pastores evangélicos como asesores de campaña.

Hay una razón por la cual los políticos conservadores están abrazando el evangelicalismo. Los grupos evangélicos están resolviendo la desventaja política más importante que los partidos de derecha tienen en América Latina: su falta de arrastre entre los votantes que no pertenecen a las élites. Tal como señaló el politólogo Ed Gibson, los partidos de derecha obtenían su electorado principal entre las clases sociales altas. Esto los hacía débiles electoralmente.

Los evangélicos están cambiando ese escenario. Están consiguiendo votantes entre gente de todas las clases sociales, pero principalmente entre los menos favorecidos. Están logrando convertir a los partidos de derecha en partidos del pueblo.

Este matrimonio de los pastores con los partidos no es un invento latinoamericano. Desde la década de los ochenta sucede en Estados Unidos, conforme la derecha cristiana poco a poco se convirtió en lo que puede llamarse el electorado más confiable del Partido Republicano. Incluso Donald Trump —a quien muchos consideran la antítesis de los valores bíblicos— hizo su campaña con una plataforma evangélica. Escogió a su compañero de fórmula, Mike Pence, por su evangelicalismo.

No es accidental que Estados Unidos y América Latina tengan experiencias similares en cuanto a la política evangélica. Los evangélicos estadounidenses instruyen a sus contrapartes latinoamericanos sobre cómo coquetear con los partidos, convertirse en cabilderos y combatir el matrimonio igualitario. Hay muy pocos grupos de la sociedad civil que tengan vínculos externos tan sólidos.

Además de establecer alianzas con los partidos, los grupos evangélicos latinoamericanos han aprendido a hacer las paces con su rival histórico, la Iglesia católica. Por lo menos en cuanto al tema de la sexualidad, los pastores y los sacerdotes han encontrado un nuevo terreno común.

El ejemplo más reciente de cooperación ha sido en el enfoque: el lenguaje que los actores políticos utilizan para describir sus causas. Para los sociólogos, mientras más actores logren enfocar un asunto para que resuene entre múltiples electorados, y no solo el principal, más probable es que influyan en la política.

En América Latina, los clérigos tanto católicos como evangélicos han encontrado un enfoque eficaz para su conservadurismo: la oposición a lo que han bautizado como “ideología de género”.

Este término se usa para etiquetar cualquier esfuerzo por promover la aceptación de la diversidad sexual y de género. Cuando los expertos argumentan que la diversidad sexual es real y la identidad de género es un constructo, el clero evangélico y católico dice que no se trata de algo científico, sino de una ideología.

A los evangélicos les gusta enfatizar la palabra “ideología” porque les da el derecho, argumentan, de protegerse a sí mismos —y en especial a sus hijos— de la exposición a esas ideas. La ideología de género les permite encubrir su homofobia con un llamado a proteger a los menores.

La belleza política de la “ideología de género” es que ha dado a los clérigos una forma de replantear su postura religiosa en términos laicos: como derechos de los padres. En América Latina, el nuevo lema cristiano es: “Con mis hijos no te metas”. Es uno de los resultados de esta colaboración entre evangélicos y católicos.

Políticamente, podríamos ser testigos de una tregua histórica entre los protestantes y los católicos en la región: mientras que los evangélicos acordaron adoptar la fuerte condena de la Iglesia católica al aborto, el catolicismo ha adoptado la fuerte condena de los evangélicos a la diversidad sexual y, juntos, pueden confrontar la tendencia en aumento hacia la secularización.

Los grupos evangélicos están resolviendo la desventaja política más importante que los partidos de derecha tienen en América Latina: su falta de arrastre entre los votantes que no pertenecen a las élites.
Esta tregua plantea un dilema para el papa Francisco, que está por terminar una gira por América Latina. Por una parte, ha expresado su rechazo al extremismo y su deseo de conectar con los grupos más modernos y liberales de la Iglesia. Por la otra, este papa ha hecho de los “encuentros cristianos” un sello distintivo de su papado, y él mismo no es del todo alérgico al conservadurismo cultural de los evangélicos.

Como actor político, el papa también se preocupa por la decreciente influencia de la Iglesia en la política, así que una alianza con los evangélicos parece el antídoto perfecto contra su declive político. Una cuestión apremiante que el papa necesita ponderar es si está dispuesto a pagar el precio de un mayor conservadurismo para reavivar el poder cristiano en Latinoamérica.

El evangelicalismo está transformando a los partidos y posiblemente a la Iglesia católica. Los partidos políticos se concebían a sí mismos como el freno esencial de la región en contra del populismo. Ese discurso ya no es creíble. Los partidos están dándose cuenta de que unirse a los pastores genera emoción entre los votantes —incluso si es solo entre quienes asisten a los servicios— y la emoción es equivalente al poder.


Javier Corrales, profesor de Ciencias Políticas en Amherts College, es coautor, junto con Michael Penfold, de “Dragon in the Tropics: The Legacy of Hugo Chávez in Venezuela”, y es articulista regular del The New York Times en Español.

Este artigo foi originalmente publicado em inglês no New York Times de 17 de janeiro de 2018.

Constantinos Caváfis: "Desde as nove": trad. José Paulo Paes



Desde as nove

Nove e vinte. Passou depressa o tempo
desde as nove, quando acendi a lâmpada
e me sentei aqui. Fiquei sentado sem ler
e sem falar. Com quem falar
se estou sozinho nesta casa?

A imagem do meu corpo jovem,
desde as nove, quando acendi a lâmpada,
veio rondar-me, veio me lembrar
de quartos fechados cheios de perfume
e de prazeres idos – que prazeres audazes!
Pôs-me também diante dos olhos
ruas que ora se me tornaram estranhas,
locais cheios de rumor que se findaram,
e cafés e teatros que existiram outrora.

A imagem do meu corpo jovem
veio rondar-me, trazer-me coisas tristes:
lutos de família, afastamentos,
as saudades dos meus, saudades
de mortos tão pouco lamentados.

Meia-noite e meia. Como o tempo passsa.
Meia-noite e meia. Como passam os anos.




CAVÁFIS, Constantinos. "Desde as nove". In: PAES, José Paulo (org. e trad.). Poesia moderna da Grécia. Rio de Janeiro: Editora Guanabara, 1986.

17.1.18

Juan Arias: "Por que a esquerda brasileira está muda diante da fome que mata crianças na Venezuela?"



Li o seguinte texto hoje, numa página (http://www.ihu.unisinos.br/575300-por-que-a-esquerda-brasileira-esta-muda-diante-da-fome-que-mata-criancas-na-venezuela) do site do Instituto Humanitas Unisinos, de Porto Alegre:


Por que a esquerda brasileira está muda diante da fome que mata crianças na Venezuela?

Mais do que nunca é necessário que a esquerda social, uma vez que a ideológica já perdeu seu sentido, se sensibilize com aqueles que vivem momentos dramáticos.
O comentário é de Juan Arias, jornalista, publicado por El País, 16-01-2018.

Acredito que não exista nada mais doloroso do que ver uma criança morrer de fome, principalmente se isso acontece em um país que, como a Venezuela, tem as maiores reservas de petróleo do mundo e se proclama socialista. Não deixa, portanto, de causar estranheza o silêncio da esquerda brasileira diante dessas mortes infantis por falta de comida no país amigo. O Partido dos Trabalhadores quer voltar ao poder com Lula. Tem todo o direito de tentar fazer isso democraticamente, mas antes terá de nos dizer o que pensa sobre o que a imprensa mundial está denunciando a respeito da Venezuela. Semanas atrás, a Folha de S. Paulo escreveu: “A fome persegue a Venezuela há anos. Agora está matando as crianças do país em um ritmo alarmante”. O jornal relata como uma equipe do The New York Times publicou no Natal uma longa investigação realizada durante cinco meses em 21 hospitais de 17 estados venezuelanos em que médicos e enfermeiros confirmaram que as crianças estão morrendo de fome e desnutrição por falta de comida.

A ONG Provea, defensora dos direitos humanos, denunciou por sua vez, segundo O Estado de S. Paulo, que os venezuelanos mais pobres, diante da crise alimentar em uma economia que, como escreveu o EL PAÍS, “está em coma”, com uma inflação de cinco dígitos, são obrigados a comer uma espécie de salsicha para cães, feita com restos de carne e gordura sem controle sanitário, ou ração para galinhas que serve como substituto do arroz. Lula, que apoiou as campanhas de Hugo Chávez e Nicolás Maduro, chegou a afirmar que na Venezuela havia “democracia em excesso”. A esquerda brasileira ainda continua pensando assim? O que existe é a fome que mata, enquanto aqui no Brasil o que começa a preocupar é o excesso de peso e a obesidade, que já atingem 53% da população, incluindo as crianças.

É verdade que muitas vezes o grande público, especialmente o menos culto, não se sensibiliza com a falta de democracia em um país e, às vezes, até sente saudade das ditaduras, mas o que não deixa de doer em ninguém é a fome de uma criança. O mundo está vivendo uma guinada para a extrema direita com contornos de novos e perigosos autoritarismos. Mais do que nunca é necessário que a esquerda social, uma vez que a ideológica já perdeu seu sentido, se sensibilize com aqueles que vivem – como na Venezuela – momentos dramáticos, não por não terem papel higiênico, mas porque lá se morre de fome lá. Fechar os olhos a essas tragédias é trair os valores da esquerda sensível ao pranto dos desamparados.

Só quem sentiu na carne o ferrão da fome pode entender o que significa para os pais ter de enterrar seu pequeno morto por falta de comida, como no caso da Venezuela que a Folha conta. Sabem muito bem disso aqueles que conseguiram escapar de um campo de concentração nazista. Um desses sobreviventes, brasileiro, que veio almoçar em nossa casa quis comer apenas o pão que minha mulher havia feito. Ele nos contou que a fome que mastigou no inferno do campo era tanta que, até hoje, sua iguaria preferida é um pedaço de pão. Eu mesmo, que sou um sobrevivente da fome que açoitou os espanhóis durante a Guerra Civil de 1936 e o período do pós-guerra, posso garantir que poucas coisas são tão duras para uma criança como foi para mim e meus dois irmãos ir dormir com fome. Durante muito tempo, e até na idade adulta, sonhava, como um pesadelo, com pão quente saindo do forno.

São lembranças que hoje se aglomeram na minha memória quando leio que na irmã e rica Venezuela existem crianças que morrem de fome ou são forçadas a disputar comida com cães e galinhas. E assim como me machuca a fome delas, me machuca o silêncio da esquerda rica brasileira que, enredada em suas pequenas disputas políticas, não consegue levantar a voz para denunciar essa tragédia. Ou a esquerda ainda pensa que o que sobra na Venezuela é a democracia? O que sobra hoje é o pranto daqueles que não conseguem comida para seus filhos.

16.1.18

Wislawa Szymborska: "Discurso na seção de achados e perdidos": trad. de Regina Przybycien



Discurso na seção de achados e perdidos

Perdi algumas deusas no caminho do sul ao norte,
e também muitos deuses no caminho do oriente ao ocidente.
Extinguiram-se para sempre umas estrelas, abra-se o céu.
Uma ilha, depois outra mergulhou no mar.
Nem sei direito onde deixei minhas garras,
quem veste meu traje de pelo, quem habita minha casca.
Morreram meus irmãos quando rastejei para a terra,
e somente certo ossinho celebra em mim este aniversário.
Eu saía da minha pele, desbaratava vértebras e pernas,
perdia a cabeça muitas e muitas vezes.
Faz muito que fechei meu terceiro olho para isso tudo.
Lavei as barbatanas, encolhi os galhos.

Dividiu-se, desapareceu, aos quatro ventos se espalhou.
Surpreende-me quão pouco de mim ficou:
uma pessoa singular, na espécie humana de passagem,
que ainda ontem perdeu somente a sombrinha no trem.




SZYMBORSKA, Wislawa. "Discurso na seção de achados e perdidos". Org. e trad. por Regina Przybycien. In:_____. Poemas. São Paulo: Companhia das Letras, 2011.

14.1.18

William Carlos Williams: "Complete destruction" / "Destruição completa"



Destruição completa

Foi um dia gelado.
Enterramos a gata
pegamos a caixa dela
e a incendiamos
lá atrás, no quintal.
As pulgas que escaparam
à terra e ao fogo
morreram de frio.




Complete destruction

It was an icy day
We buried the cat
then took her box
and set fire to it
in the back yard
Those fleas that escaped
earth and fire
died by the cold




WILLIAMS, William Carlos. "Complete destruction" / "Destruição completa". In: ENZENSBERGER, Hans Magnus (org.). Museum der modernen Poesie. Frankfurt: Suhrkamp, 2002.



12.1.18

Mulheres liberam outro discurso



Contra os absurdos ataques sofridos pelo excelente texto publicado no jornal Le Monde de 9 do corrente e escrito por Peggy Sastre, Catherine Millet, Sarah Chiche, Catherine Robbe-Grillet e Abnouse Shalmani -- texto assinado por personalidades admiráveis como Catherine Deneuve -- resolvi republicá-lo neste blog.



Mulheres liberam outro discurso

A violação é um crime. Mas a galanteria não é uma agressão machista, nem a paquera insistente ou desajeitada um delito


Em consequência do caso Weinstein, houve uma legítima tomada de consciência das violências sexuais exercidas contra as mulheres, particularmente no campo profissional, onde alguns homens abusam do seu poder. Ela era necessária. Mas essa libertação do discurso transforma-se hoje no seu oposto: somos intimadas a falar “corretamente”, a silenciar sobre o que incomoda, e aquelas que se recusam a se dobrar a tais injunções são consideradas traidoras, cúmplices!

Ora, faz parte do puritanismo apropriar-se, em nome de um pretenso bem geral, dos argumentos da proteção das mulheres e de sua emancipação para melhor acorrentá-las ao estatuto de eternas vítimas, de pobrezinhas sob o domínio de falocratas demoníacos, como nos velhos e bons tempos da feitiçaria.

De fato, #metoo conduziu, na imprensa e nas redes sociais, uma campanha de delação e de acusação pública de indivíduos que, sem que lhes fosse dada a mínima possibilidade de responder ou de se defender, foram postos exatamente no nível de agressores sexuais. Essa justiça expeditiva já fez suas vítimas: homens sancionados no exercício de sua profissão, obrigados a demitir-se etc., quando seu único erro foi ter tocado um joelho, tentado roubar um beijo, falado de coisas “íntimas” durante um jantar profissional ou enviado mensagens com conotação sexual a uma mulher que não correspondia ao desejo deles.

Essa ânsia de enviar “porcos” ao matadouro, longe de ajudar as mulheres a se autonomizarem, serve realmente aos interesses dos inimigos da liberdade sexual, aos extremistas religiosos, aos piores reacionários e àqueles que acreditam, em nome de uma concepção substancial do bem e da correspondente moral vitoriana, que as mulheres são seres “à parte”, crianças com caras de adultos, necessitando de proteção.

Por outro lado, os homens são convocados a aceitar sua culpa e de reconhecer, no fundo de sua consciência retrospectiva, um “comportamento inadequado” que possam ter tido dez, vinte ou trinta anos atrás, e do qual deveriam agora se arrepender. A confissão pública, a incursão de promotores autoproclamados na esfera privada: eis que se instala uma espécie de clima de sociedade totalitária.

A onda puritana parece não ter limites. Aqui, censuramos um nu de Egon Schiele em um cartaz; ali pedimos a remoção de uma pintura de Balthus de um museu, com base em que seria uma apologia da pedofilia; na confusão absurda do ser humano com sua obra, exige-se a proibição da retrospectiva de Roman Polanski na Cinémathèque e obtém-se o adiamento da de Jean-Claude Brisseau. Uma universitária julga o filme Blow Up, de Michelangelo Antonioni “misógino” e “inaceitável”. À luz desse revisionismo, John Ford (The prisoner of the desert) e até mesmo Nicolas Poussin (L’enlèvement des sabines) estão ameaçados.

Já há editores nos pedindo a algumas de nós que façamos nossos personagens masculinos menos “sexistas”, que falemos de sexualidade e de amor com menos desenvoltura ou ainda que tornemos mais evidentes os “traumatismos sofridos pelos personagens femininos”!

Ruwen Ogien defendia a liberdade de ofender como indispensável à criação artística. Do mesmo modo, defendemos a liberdade de importunar como indispensável à liberdade sexual. Estamos hoje suficientemente informados para reconhecer que o impulso sexual é, por natureza, ofensivo e selvagem, mas também somos suficientemente clarividentes para não confundirmos uma abordagem desajeitada com uma agressão sexual. Acima de tudo, estamos conscientes de que a pessoa humana não é monolítica: uma mulher pode, no mesmo dia, liderar uma equipe profissional e ter prazer em se tornar o objeto sexual de um homem, sem ser nem uma vagabunda nem uma vil cúmplice do patriarcado. Ela pode cuidar para que o seu salário seja igual ao de um homem e considerar que sofrer uma esfregadela no metrô não é o resultado de uma agressividade incontida, mas a expressão de grande miséria sexual, ou mesmo de coisa alguma. À beira do ridículo, um projeto de lei na Suécia quer impor um consentimento explicitamente notificado a qualquer candidato a uma relação sexual! Mais um pouco e cada adulto que queira dormir com outro deverá previamente consultar, através de determinados aplicativos de seus celulares, a lista de atos sexuais aceitos pelo seu parceiro (ou parceira) e a de atos rejeitados por ele (ou por ela).

Enquanto mulheres, não nos reconhecemos nesse feminismo que, além de denunciar de abusos de poder, assume a feição de um ódio aos homens e à sexualidade. Acreditamos que a liberdade de dizer “não” a uma proposta sexual não existe sem a liberdade de incomodar. E consideramos que, para reagir a essa liberdade de incomodar, não é necessário fazer o papel de vítima.

Para aquelas de nós que escolheram ter filhos, consideramos que é mais sábio educar nossas filhas de modo que estejam suficientemente informadas e conscientes para poderem viver plenamente suas vidas sem se deixarem intimidar ou culpabilizar. Os acidentes que podem tocar o corpo de uma mulher não atingem necessariamente sua dignidade e não devem, por mais difíceis que às vezes sejam, necessariamente fazer dela uma vítima perpétua.  Pois não somos redutíveis a nossos corpos. Nossa liberdade interior é inviolável. E essa liberdade que prezamos não existe sem riscos e responsabilidades.

11.1.18

Friedrich Nietzsche: "Vademecum -- Vadetecum": trad. de Paulo Quintela



Vademecum – Vademecum

Atraem-te o meu modo e a minha língua?
Segues-me? Vens atrás de mim?
Segue fiel atrás de ti mesmo: –
Assim me seguirás – devagar! devagar!



Vademecum – Vadetecum

Es lockt dich meine Art und Sprach,
Du folgest mir, du gehst mir nach?
Geh nur dir selber treulich nach: –
So folgst du mir – gemach! gemach!




NIETZSCHE, Friedrich. "Vademecum -- Vadetecum". In: Poemas. Trad. e org. por Paulo Quintela. Coimbra: Centelha, 1986. 


9.1.18

Blaise Cendrars: "Aux 5 coins" / "Nos 5 cantos": trad. de Antonio Cicero



Nos 5 cantos

Ousar e fazer barulho
Tudo é cor movimento explosão luz
A vida floresce às janelas do sol
Que se funde em minha boca
Estou maduro
E caio translúcido na rua

Você fala, meu caro

Não sei abrir os olhos?
Boca de ouro
A poesia está em jogo




Aux 5 coins

Oser et faire du bruit 
Tout est couleur mouvement explosion lumière 
La vie fleurit aux fenêtres du soleil 
Qui se fond dans ma bouche 
Je suis mûr
Et je tombe translucide dans la rue 

Tu parles, mon vieux

Je ne sais pas ouvrir les yeux ? 
Bouche d'or 
La poésie est en jeu 




CENDRARS, Blaise. "Aux 5 coins". In:_____. Du monde entier. Poésies complètes 1912-1924. Paris: Gallimard, 1967.


7.1.18

Antonio Carlos Secchin: "Autorretrato"



Autorretrato

               a Flávia Amparo

Um poeta nunca sabe
onde sua voz termina,
se é dele de fato a voz
que no seu nome se assina.
Nem sabe se a vida alheia
é seu pasto de rapina,
ou se o outro é que lhe invade,
numa voragem assassina.
Nenhum poeta conhece
esse motor que maquina
a explosão da coisa escrita
contra a crosta da rotina.
Entender inteiro o poeta
é bem malsinada sina:
quando o supomos em cena,
já vai sumindo na esquina,
entrando na contramão
do que o bom senso lhe ensina.
Por sob a zona da sombra,
navega em meio à neblina.
Sabe que nasce do escuro
a poesia que o ilumina.



SECCHIN, Antonio Carlos. "Autorretrato". In:_____. Desdizer. Rio de Janeiro: Topbooks, 2017.

4.1.18

Gastão Cruz: "Chegada"


Chegada

Parece-me irreal que tenhas vindo,
quase irreconhecível: onde estava
o impossível
eco de vida, íngreme, o passado
tornado mais passado?

Parece-me real que tenhas ido
ser outro ser, distante desta praia
Reconheci-te?
A lua minguante
de agosto iluminou tua chegada.




CRUZ, Gastão. "Chegada". In:_____. Escarpas. Lisboa: Assirio & Alvim, 2010.